A nivel mundial, ya se siente el sismo. El precio del petróleo cae en Nueva York por debajo de los US$ 100, por primera vez en semanas tras la inestabilidad en Medio Oriente. Se debe a que se espera una menor demanda, porque Japón es el tercer consumidor de combustible detrás de China y los EEUU.
Otro coletazo puede afectar también la industria automotriz. Las principales marcas del mundo son japonesas. Toyota, la número uno del planeta, cerró plantas y tiene daños en varias. Nissan y Honda hicieron lo mismo. El sector tecnológico también se hace preguntas. Sony, el líder en muchos segmentos de esta industria, cerró centros de producción y no se sabe qué pasará con su oferta de productos. Muchos analistas ya especulan con un aumento en el precio de los vehículos por la menor oferta si las empresas no vuelven a producir en el corto plazo. Más aún en un momento en el que la venta de autos en todo el mundo está creciendo, especialmente en los mercados emergentes.
Para el economista Tohru Nishihama, dijo ayer, "puede haber un efecto sobre los precios de los alimentos". Japón es un gran productor e importador de alimentos. La ONU ya alertó sobre el nivel récord de los valores a nivel mundial. Esto favorecería a países como Argentina y Brasil, grandes productores.
Particularmente como economista opino que existirá seguro una repercusión financiera por el desplome de la bolsa japonesa, puertos, aeropuertos y ferrocarriles que permanecen cerrados. Esto ha provocado además de tanta pérdida humana y material que el valor de las acciones de las aseguradoras europeas disminuyan como las de Swiss, Hannover y Munich. El precio del petróleo caerá, cosa que por otro lado favorece a las economías en general y evidentemente el auge económico que ha tenido Japón, este gigante económico va a sufrir un serio impacto. Ya la moneda nacional el yen decayó frente al dólar en un 0.3%. Ahora bien esto es en el corto plazo. Por eso recomiendo tener precaución a los inversores, porque en momentos como este, lo peor que puede suceder es que cunda el pánico. Lo que si debe hacer reflexionar a la gente, es que no se puede en economía vivir de ilusiones, ni crear burbujas insostenibles. Y no olvidar que la naturaleza es física. Y todo lo que baja sube y viceversa. Evidentemente también debemos recordar el celebre dicho que reza “en los momentos de desesperanza es cuando se hacen los mas grandes negocios.” Por eso no nos dejemos llevar por los especuladores de turno, y mas que nunca en estos momentos movernos con paciencia Oriental y mucha prudencia. Dr Jordi Martinez Becerro, Para Jordiweb, Barcelona España.
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